La necesidad actual de las empresas por ser competitivas las ha conducido a implantar nuevas técnicas de gestión. Tanto el Lean Manufacturing como la Responsabilidad Social Empresarial se han convertido en herramientas eficaces. Por ello, intentaremos encontrar si existe algún tipo de relación entre estas dos filosofías seguidas por un gran número de empresas en todo el mundo.
En primer lugar, sabemos que la RSE se fundamenta en la premisa de que las organizaciones no sólo deben actuar conforme a la legislación vigente, sino que además debe haber una integración voluntaria en su gobierno y gestión, política de actuación y en su estrategia, de las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales, así como de respeto a los derechos humanos nacidas del diálogo y relación transparente con sus grupos de interés, responsabilizándose así de las consecuencias y los impactos que se derivan de sus acciones. De esta manera, según la SGE 21, los requisitos de un sistema de gestión ética y socialmente responsable, están estrechamente relacionados con sus grupos de interés: alta dirección, clientes, entorno social, inversores, administración, proveedores, entorno ambiental, competencia y personas.
En segundo lugar, el Lean Manufacturing es una filosofía de gestión enfocada a la creación del máximo valor para el cliente utilizando para ello los mínimos recursos necesarios, creando éste a través de las acciones conjuntas de la organización y demás agentes implicados y eliminando todo aquello que dificulta la agilidad de la empresa; el despilfarro o las actividades que no generan valor añadido. La creación de un flujo que maximice el valor para los clientes se focaliza en la eliminación de desperdicios como la sobreproducción, las esperas, los movimientos, o los defectos. Para eliminarlos existen varios pilares a tener en cuenta como son la identificación del valor para el cliente o la motivación e integración de los empleados en el proceso productivo.
Desde ambos puntos de vista las personas juegan un papel fundamental en la organización. El Lean aboga por la seguridad en el trabajo y por unas buenas condiciones laborales. Además, se busca que los empleados participen en los procesos decisores y que se impliquen formando parte de la cultura organizativa de la empresa. Desde el punto de vista de la RSE, las personas son uno de los activos más importantes y deben recibir un trato justo y respetuoso.
Además, la implementación de ambos sistemas contribuye a mejoras en la competitividad. En el Lean, la reducción o la eliminación de residuos a través de herramientas como la teoría de los 5ceros, de las 5S, o el Jidoka contribuyen al incremento de la productividad y, consecuentemente, de la competitividad. En cuanto a la RSE, del informe de Competitividad de 2008 de la Comisión Europea podemos sacar conclusiones como que desde la perspectiva medioambiental existen evidencias de la reducción de coste en la empresa, desde la perspectiva del consumidor tiene influencia en la estrategia y posicionamiento competitivo y existen sectores con demanda de productos responsables. Además, la RSE supone mejores condiciones de trabajo que redundan en mejorar la innovación, del mismo modo que la mejora del diálogo con grupos de interés como los proveedores.
Por otra parte, ambas prácticas, también muestran preocupación por la relación con los proveedores; el Lean busca una relación estrecha y duradera que le permita obtener garantías en lo que a calidad se refiere, reducir tiempos de entrega e incluir especificidades en los productos. Por su parte, la RSE va más allá y busca que los proveedores cumplan una serie de requisitos tales como el cumplimiento de los derechos humanos y de las obligaciones legales, atendiendo a criterios como el impacto ambiental a la hora de elegir a su red de proveedores. Son coincidentes también en cuanto a la relación con los clientes; la reducción de desperdicios en el Lean se traduce en una reducción de costes y de tiempos, que puede ser trasladada al cliente en forma precios más competitivos. Además, la calidad del producto es esencial para esta filosofía. La RSE propone que la empresa debe estar pendiente constantemente de las expectativas de los consumidores y ser consecuente con los compromisos que con ellos establecen. De forma subyacente, encontramos puntos comunes en cuanto a la relación con la sostenibilidad medioambiental. El Lean tiene como principio fundamental eliminar todo lo no generador de valor, esto está relacionado con el impacto medioambiental desde el momento en el que hay actividades que se dejan de realizar, ya que provocan ahorro de materias primas y de energía, minimización de residuos y minimización de contaminantes. En cuanto a la RSE, ésta plantea que las empresas deben identificar e intentar minimizar los impactos medioambientales que sus acciones provocan en el entorno.
La principal conclusión a la llegamos es que el Lean puede ser una herramienta a utilizar por la RSE. La RSE puede ser entendida como un marco de actuación, una referencia o guía que siguen las empresas que pretenden ser socialmente responsables. Es una forma de gestionar que integra diferentes objetivos, no sólo el beneficio económico, sino que éstos deben ser establecidos en función de las necesidades de sus grupos de interés desde una dimensión económica, social y ambiental. Por su parte el Lean Manufacturing puede ser entendido como un sistema de gestión en concreto, una forma de canalizar los objetivos que la RSE persigue. La RSE aborda determinados temas relacionados con distintas áreas de gestión, pero son recomendaciones, no nos proporciona herramientas concretas de cómo llevarlos a cabo.El Lean, sin embargo, es en sí una forma de alcanzar esos objetivos perseguidos por la RSE, ya sea directa o indirectamente. Uno de los focos de preocupación de la RSE es la sostenibilidad medioambiental, como hemos visto, el Lean en sí mismo es una herramienta para incidir de forma positiva en ella; se dejan de realizar actividades superfluas y esto supone ahorro de energía, de residuos, etc.
De forma análoga, el Lean es respecto a la RSE equiparable a lo que sería por ejemplo la ISO 9000. La RSE señala que los clientes son un grupo de interés a tener en cuenta y que la calidad juega un papel importante a la hora de satisfacer sus necesidades, pero no nos proporciona unas guías concretas para alcanzar este objetivo. En este caso la ISO 9000, actuaría, al igual que el Lean, como una herramienta concreta, ya que son un conjunto de normas sobre calidad y gestión de la calidad.
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muy bueno el video de responsabilidad social empresarial, me re sirvio para entender mejor el tema
Muy interesante la relación entre el Lean y la RSE