La Responsabilidad Social nace en el seno de las grandes empresas como respuesta a las presiones de ciertos grupos de interés externos que reaccionan ante su creciente poder y sus eventuales abusos. Dado que las pymes no son “pequeñas grandes empresas”, sino que presentan una serie de peculiaridades que les son propias y las diferencian de las grandes empresas, las herramientas de Responsabilidad Social adecuadas para las grandes no son, en general, trasladables a las pymes en una escala más pequeña. Hay que generar herramientas que atiendan a las especificidades de este grupo de empresas, por otra parte muy heterogéneo.
Las peculiaridades más relevantes de este tipo de empresas que se han tomado en consideración en la concepción del modelo son las siguientes:
- Propiedad y gestión no están tan claramente diferenciadas como en las grandes empresas, por lo que no hay una presión tan explícita para maximizar la rentabilidad y en la asignación de recursos y el establecimiento de prioridades juegan un papel más importante las convicciones y compromiso de los gerentes/propietarios.
- Las pymes tienen menos disponibilidad de recursos de todo tipo y sus sistemas de gestión son más informales que los de las grandes empresas, lo cual a su vez refuerza el papel de los propietarios-gerentes al que hemos hecho referencia en el punto anterior.
- Muchas pymes, cuando implantan sistemas de gestión suelen mantenerlo en paralelo y desligados de la actividad real de la organización hasta el momento en que tienen que someterse a las auditorías periódicas de certificación.
- Dada su mayor vinculación con sus entornos y la relación directa y cercana que mantienen con sus principales grupos de interés, señaladamente con sus empleados, muchas pymes ya están desarrollando prácticas responsables, aunque dado su limitado poder, capacidad de impacto y atención que reciben de grupos de interés externos tienen menos incentivos para comunicarlas.
- Las pymes suelen focalizarse en la supervivencia y en el corto plazo.
- Es habitual en la literatura considerar que, dados los limitados recursos de las pymes, focalicen su atención, en lo que a Responsabilidad Social se refiere, hacia aquellos aspectos y/o prácticas que para ellas sean más significativas en razón de su actividad o cultura empresarial.
- Las pymes no cuentan con incentivos, ayudas y conocimiento que se adapten a su realidad y las acompañen en la implantación y avance en prácticas de Responsabilidad Social.
- La relación de las pymes y de sus gerentes-propietarios con sus entornos suele ser muy estrecha y directa por lo que muchas de ellas mantienen compromisos de diversa índole con colectivos de los mismos.
Respecto a este último puno, cabe destacar que muchas de las herramientas de Responsabilidad Social que habitualmente utilizan las grandes empresas están articuladas en torno a sus stakeholders, y no parece claro que este enfoque sea el más adecuado para el caso de las pymes:
- Las pymes no tratan con un número de grupos de interés tan extenso como las grandes empresas ni reciben de ellos la misma atención que estas.
- Debido a su escasez de recursos, la mayoría de las pymes no disponen de los medios necesarios para mantener abiertos de forma regular e institucionalizada canales de información y diálogo con todos sus grupos de interés.
- Las pymes mantienen una relación más directa e inmediata con aquellos grupos de interés con los que tratan, jugando en muchos casos incluso un papel la relación e interacción personal con los mismos, siendo así también los impactos de estos grupos mucho más directos en la organización y condicionando de un modo más directo el devenir y viabilidad de la organización.